MADRID.- Hasta las elecciones generales de ayer en España, el partido ganador siempre tuvo un mandato nítido. La fragmentación parlamentaria a la que llevó la irrupción de las formaciones emergentes en estos comicios, complica el camino para la investidura del nuevo jefe del Ejecutivo porque obliga a pactos.

Hasta ahora, nunca ha pasado más de un 45 días entre las elecciones y la investidura del Presidente, pero en esta ocasión esto podría demorar más. Hasta la formación de un nuevo Gobierno deberán cumplir se varios pasos.

El 14 de enero se constituye el Congreso de los Diputados, que es el que aprueba la investidura del presidente del Gobierno. Una vez que los 350 diputados hayan asumido sus actas, el rey Felipe VI iniciará un período de consultas con los partidos con representación en la Cámara. Se trata de que mida cuál es el candidato que goza de más apoyo para ser investido. En paralelo a esas consultas, se estima que los partidos hablarán entre sí buscando un acuerdo para gobernar, ya sea a través de una coalición, a través de un pacto de Legislatura que no suponga la entrada en un Gobierno de todos los firmantes o de solo el apoyo en la votación.

El monarca no tiene plazo para proponer un candidato, pero una vez que lo haga, este deberá ganar por mayoría absoluta (al menos 176 votos favorables) la votación de investidura en el Congreso de los Diputados. Si no lo logra, se repetirá 48 horas después, y en ella le valdrá ya una mayoría simple, es decir, más “sí” que “no”. Si tampoco lo consigue, el proceso se repetirá -consultas del Rey, propuesta de candidato, votación- hasta que se logre investir a un jefe del Ejecutivo, con un límite de dos meses desde la primera de las votaciones. Si para entonces no hay presidente de Gobierno investido,, España tendrá que volver a celebrar elecciones generales, un escenario que en casi 40 años de democracia no se ha producido. (DPA)